Hoy os traigo una receta digna de entrante para estos días de Semana Santa. Son unas gambas con bechamel rebozadas que he acompañado con una salsa de yogur y miel. Son muy sencillos de preparar y se pueden comer recién hechos o fríos. Calientes conjugan a la perfección con salsa de yogur pero podéis optar por cualquier salsa que consideréis adecuada. También podéis sustituir las gambas por langostinos.

Puede parecer una receta complicada. Seguro que más de uno estáis pensando en cuantas gambas desperdiciaréis hasta que os salga un rebozado perfecto, eso mismo pensé cuando vi el Reto de Tía Alia para este mes, pero os aseguro que es muy sencilla de preparar. Para mayor comodidad a la hora de elaborar la receta he utilizado palos de madera desde el principio del proceso.

    Ingredientes

  • 1kg de gambas (son unas veinte gambas grandes, aproximadamente)

    Ingredientes para la bechamel

  • 40 cl. de leche
  • 25 gr. de mantequilla
  • 25 gr. de harina
  • nuez moscada
  • sal

    Ingredientes para el rebozado

  • 1 huevo batido
  • 50 gr. de pan rallado

    Infredientes para la salsa de yogur

  • 1 yogur natural sin azúcar añadido
  • 1 cdita. de miel
  • sal

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Empezamos preparando la bechamel. Para ello ponemos la mantequilla a derretir a fuego lento, agregamos la harina y cuando está dorada añadimos leche progresivamente. Espolvoreamos con sal y nuez moscada recién rallada y una vez lista retiramos del fuego. No debe quedar una bechamel espesa como la de croquetas, simplemente más ligera.

A continuación limpiamos las gambas quitándoles la cabeza, las láminas que lo protegen y la vena que recorre la parte superior. Los lavamos con agua y seguidamente insertamos el palo de brocheta por la parte más ancha de la cola.

Introducimos todas las gambas en una olla con agua y sal – 20 gr. de sal por cada litro de agua – y en el momento que empiece el agua a hervir retiramos los crustáceos para evitar que se cuezan de más. En mi caso, he calculado la cantidad de agua en función de la altura de las gambas, así evité que el palo se moje y pude retirarlo sin problema. Esto depende de la altura de la olla que utilicemos y de la cantidad de gambas que queramos preparar.

Una vez cocidos, nos ayudamos con el palo y sumergimos las gambas en la bechamel, observando que queden completamente cubiertos. Los dejamos enfriar sobre un plato previamente aceitado y pasados diez minutos rebozamos cada gamba en huevo y en pan rallado.

Ponemos una sartén con aceite a freír y en el momento en el que esté bien caliente introducimos las gambas dejando los palos apoyados sobre de la pared de la sartén, de este modo podremos cogerlos directamente con las manos para darle la vuelta sin riesgo de que se impregnen de aceite. Cuando estén ligeramente dorados, unos 3 minutos, retiramos y dejamos reposar sobre un plato cubierto con papel absorbente para evitar el exceso de aceite.

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Podríamos elaborar toda la receta sin palos de brocheta, incluso rebozar como una croqueta convencional pero este método nos facilita todas las fases del proceso y evita el contacto de los alimentos con las manos. Las dos opciones son estupendas.

La salsa de acompañamiento se elabora mezclando el yogur con miel y una pizca de sal. Si mojamos las gambas calientes en la salsa bien fría obtendremos un contraste de sabores delicioso.

Bon appétit y feliz semana!

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