Lemon bars, cuadraditos de limón o barritas de limón son los nombres más comunes con los que se ha bautizado al dulce que os muestro a continuación.

No me quedo con ninguno en concreto porque, como ocurre como con otros dulces, los venden en confiterías con infinidad de nombres diferentes en función del lugar donde los consumas, pero algo es común en todos ellos que hace inconfundible su reconocimiento, el limón.

En cuanto saboreas el primer bocado se puede apreciar un intenso aroma y sabor cítrico que puede ahuyentar a los más golosos y atraer a los amantes de frutas ácidas, pero no nos engañemos, este dulce tiene el equilibrio perfecto entre dulzor y acidez permitiendo disfrutar del limón incluso a sus fieles desapasionados.

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Al venderse en pequeños trozos para acompañar un café o un té pude probar diferentes recetas en distintos lugares, pero raramente encontraba una que me enamorara, así que decidí experimentar hasta conseguir una receta armoniosa que cumpliese mi objetivo de realzar el sabor del limón como se merece, sin excesivos azúcares ni aromas añadidos a una crema que ni siquiera llevaba limón en varias de sus versiones. Y aquí está… lista para saborear!

Ingredientes para la base: 

    • 150 gr. de harina de fuerza
    • 125 gr. de mantequilla
    • 20 gr.de harina fina de maíz (tipo maizena)
    • 30 gr. de azúcar
    • dos pizcas de sal

    Ingredientes para el relleno: 

      • 100 gr. de harina de fuerza
      • 250 gr. de azúcar blanco
      • 6 huevos
      • 20 cl. de zumo de limón
      • la ralladura de un limón

      Preparación:

      Precalentamos el horno a 180º. En un bol mezclamos el azúcar, las dos pizcas de sal,  la harina de fuerza y la maizena, añadimos la mantequilla a temperatura ambiente o en pomada. Mezclamos y amasamos 2 minutos. Con ello obtenemos una masa granulosa que estiraremos entre dos láminas de papel sulfurizado y adaptaremos a la base de un molde cuadrado desmoldable de 24 centrímetros, de manera que quede uniforme. Horneamos la masa durante 20 minutos. Retiramos del horno, retiramos el papel sulfurizado de la parte superior y añadimos el relleno.

      Para preparar el relleno mezclamos la ralladura de limón y el azúcar con las manos hasta que veamos que la ralladura ha soltado todo su aceite y ha impregnado el azúcar. Añadimos la harina. Mezclamos. Y añadimos los huevos de uno en uno siempre que el anterior se haya integrado por completo, Finalmente añadimos el zumo de limón y batimos bien la mezcla. La repartimos sobre la masa y horneamos 35 minutos a 150º.

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      Presentación:

      Una vez desmoldado y frío cortamos los cuadrados en porciones de 6×6 cm con un cuchillo ancho y espolvoreamos con azúcar glas.

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      Notas:

      Como podéis ver en la foto, dejé un poco de masa que abrazara el relleno para que cuajara sin secarse demasiado al contactar con las paredes del molde. Con esta opción se puede cortar el borde para una mejor presentación.

      Para que la crema de la tarta no presente tonos tostados y conserve su color amarillo es recomendable hornear el molde tapado con papel aluminio. Así como utilizar azúcar blanco para intensificar el color amarillo ya que el azúcar mascabado o moreno oscurecerá demasiado el relleno.

      Para que la tarta no se rompa al desmoldarla es importante sacarla del molde pasados 20 ó 25 minutos después de ser horneada.

      Es una tarta sencilla que os animo a preparar. Así que si os decidís a elaborarla me encantaría saber si os ha gustado!

      Bon appétit!

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