Después de unas semanas sin apenas tiempo libre para pasar horas en mi cocina aparezco con una receta poco estival pero ideal para un desayuno o merienda de cualquier época del año.
Son las famosas madeleines, conocidas como Petite Madeleines, unos pequeños y esponjosos bizcochos que desaparecen en dos bocados. Aunque no nos tiente la idea de encender el horno, debo decir que merece la pena hacerlo ya que se hornean en menos de quince minutos y se pueden saborear recién hechas para desayunar.
La historia de esta receta es confusa, como la mayoría de las grandes recetas donde se disputan los orígenes y se genera controversia entorno a su autor original, pero su zona de nacimiento se localiza en Francia, en concreto en Commercy. El origen que mayor peso tiene es el protagonizado por una joven criada llamada Madeleine Paulmier, que en 1755 elaboró estos pastelitos para el rey de Polonia Stanislas Leszczyński, quien tenía un palacio en Commercy, de ahí las famosas Madeleines de Commercy.
Otras fuentes las remontan a la época de los peregrinajes a Santiago de Compostela, donde una joven llamada Magdalena servía a los peregrinos unos pastelitos en forma de concha, símbolo de este peregrinaje. Las madeleines se extendieron a lo largo de los caminos de Santiago, lo que explica su tradicional implantación en España y el sentido del molde utilizado para elaborarlas.
Su popularidad se debe principalmente al Camino de Santiago, pero también ayudaron a difundir su conocimiento los Pet Shop Boys con la canción Memoria of the Future y Marcel Proust en su novela En busca del tiempo perdido donde su narrador recobró la memoria con los recuerdos de su infancia tras probar una madeleine bañada en té.
Esta receta la extraje del libro del Rachel Khoo, Little Paris Kitchen, que a su vez se la dio su amigo Frankie Unsworth quien recomienda comerlas recién horneadas. Rachel elabora esta receta partiendo de la masa base de las madeleines que rellena con lemon curd y frambuesas.
En mi caso preparé el lemon curd con azúcar moreno y opté por hacer unas pocas básicas, otras rellenas con lemon curd y otras con frambuesa y lemon curd. De estas últimas no hay fotos porque cuando me di cuenta ya las habíamos merendado todas.
Para preparar las madeleines necesitamos lo siguiente:
- 3 huevos
- 130 gr. de azúcar
- 200 gr. de harina
- 10 gr. de levadura química
- la ralladura de un limón
- 20 gr. de miel
- 60 ml. de leche
- 200 gr. de mantequilla
- un puñado de frambuesas (opcional)
- azúcar glas para decorar (opcional)
Para el relleno con lemon curd (opcional) :
- el zumo y la ralladura de un limón
- una pizca de sal
- 40 gr. de azúcar blanco
- 45 gr. de mantequilla
- 2 yemas de huevo
Preparación:
Batimos los huevos con el azúcar hasta conseguir una mezcla espumosa. En otro bol añadimos la harina y la levadura junto con la ralladura de limón. Añadimos la leche, la miel y la mantequilla, seguidamente los huevos batidos. Cubrimos el bol con papel plástico y dejamos refrigerar toda la noche en el frigorífico.
Mientras tanto, preparamos el lemon curd. Para ello ponemos el zumo y la ralladura de limón, sal, azúcar y mantequilla en un cazo y calentamos suavemente hasta que se fundan los ingredientes. Batimos las yemas de huevo en un tazón, y añadimos al cazo para batir vigorosamente. Mantenemos el fuego bajo y no dejamos de batir hasta que veamos que la crema empieza a espesar. Cuando esté espesa y burbujee retiramos del fuego y dejamos enfriar en la nevera durante al menos una hora. Podemos dejarla refrigerando toda la noche, junto con la masa de las madeleines, de este modo, la mañana siguiente será hornear y rellenar.
Pasado el tiempo de reposo, precalentamos el horno a 190ºC. Engrasamos y enharinamos los moldes de las madeleines o utilizamos capsulas de papel pequeñas. Y ponemos el lemon curd en una manga pastelera.
Ponemos la masa en las cavidades de las madeleines e introducimos una frambuesa en el centro con cuidado de no aplastarla. Horneamos durante cinco minutos, apagamos el horno durante un minuto donde veremos que las madeleines tienen picos firmes, y volvemos a encender el horno durante 5 minutos a la misma temperatura.
Pasado este tiempo retiramos las madeleines del horno a una rejilla y dejamos enfriar unos minutos. Mientras tanto rellenamos el centro de cada bizcochito con un poco de lemon curd y espolvoreamos con azúcar glas para adornar.
Podemos elaborar la masa por la noche y hornear a primera hora de la mañana, así obtenemos unas madeleines recién hechas para el desayuno. O elaborar la masa por la mañana y hornearlas para merendar. Sea cual sea la opción elegida, la receta os encantará.
Bon appétit!
La verdad es que he llegado buscando magdalenas y no conocía esta variedad, menudo descubrimiento!!
Cuando se vaya esta calor que tenemos ahora probaré la receta porque ahora podría hacerlas en la terraza después de comer.
Un saludo y un nuevo seguidor 😉
Hola Pedro!
Tienes razón, con este calor podrían hacerse las magdalenas sin horno… ya me contarás cuando las hagas, espero que te gusten 😉
Un saludo y muchas gracias!
Qué sorpresa de receta! Una combinación perfecta!
Las madeleines, tan propias del país de Lutier, y el lemon curd, una de mis perdiciones!
Cómo no gustarnos! Dan ganas de lanzarse a la pantalla! ;))
Un beso!
Me alegra de que os gusten! Adoro Francia y sus dulces… 😉
Un beso!
Por fin llego a tu blog.
Alucino con tus recetas!. Yo con el horno super rápido que tengo aquí, no sé si atreverme, por supuesto tendría que hornearlas por la tarde, para no sufrir un golpe de calor jajajjajaa.
Las fotos muy muy buenas, las magdalenas se salen de la pantalla, que pena que la pantalla no transmita aromas y sabores.
Por cierto, felicidades por el nuevo diseño del blog. Me encanta que te atrevas con cambios radicales, esto ha sido como ir a la peluquería y cortarte la melena de toda la vida :)))
Miles de besos
Gracias 🙂
Sería increíble oler la pantalla! todo llegará…
Todavía estoy con cambios… me alegra que te guste el nuevo diseño. Reconozco que el cambio no pasa desapercibido…
Miles de besos!
Ayyyy otros de esos moldes que siempre querré y para los que no hay sitio en los estantes! Son preciosas, y rellenas, no quiero ni pensarlo… mmm…
Sí Ana, lo de guardar los moldes es una obra de ingeniería… éste cabe dentro de la bandeja grande del horno 😉
la verdad es que me estoy intentando imaginar el sabor y como casi lo tengo en la punta de la lengua no me queda otra que intentarlo en mi cocina 😉
Salu2. Paula
Eso me pasa a mí cuando navego por la red y veo platos tan suculentos! Solo me queda el prepararlo en casa 😉 Ya me contarás.
Besos
Me encantan, qué buenas para el desayuno o a media tarde…
Yo estoy enamorada de tus fotos, son preciosas y limpias!
Un besote!
Muchas gracias Lola! Ideales para cualquier momento, hasta calentitas, recién horneadas…
Besos!